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martes, enero 19

El Blog de eDreams

Posted: 19 Jan 2010 04:06 AM PST

Hace años que quería visitar Lisboa, pero nunca tuve la oportunidad. Estas navidades me escape un fin de semana para conocer la capital de nuestro país vecino. Francamente nunca pensé que Lisboa me fuera a fascinar de tal manera.

Lisboa, distribuida en siete colinas, es una ciudad llena de luz y de color. En Lisboa siempre hay mucho que ver: Paseos con mil años de historia, monumentos, pintorescos barrios, etc.

Si viajas a Lisboa no te puedes perder:

Barrio de La Baixa (Avenida da Liberdade, Plaza del Margués de Pombal, Plaza del Rossio, Plaza de Figueira, Plaza del Comercio).
Castillo de San Jorge (estupendas vistas de Lisboa y el Tajo)
Barrio de la Alfama (el antiguo barrio de pescadores).
Parque de las Naciones (Donde tuvo lugar la Exposición de 1998).
Barrio del Chiado (Calle del Carmo, Calle del Garret, Café A Brasileira).
Barrio Alto (junto con La Alfama, es el mejor barrio para escuchar fados).
Barrio de Belém (Monasterio de los Jerónimos, Torre de Belém, Puente 25 de Abril, Monumento a los Descubrimientos).

Monumento a los descubrimientos

Lo mejor para recorrer la ciudad es utilizar sus tranvías y elevadores. Estos medios de transporte por si sólo ya son toda una atracción turística. Los elevadores son básicamente funiculares que sirven para subir las largas e inclinadas pendientes de la capital portuguesa. No os podéis perder Elevador do Lavra, Elevador da Glória y Elevador da Bica. Ni por supuesto, llegar al barrio Alto utilizando el Elevador de Santa Justa. No solo os transportare de La Baixa al Barrio Alto, sino que también tendréis la sensación de ser transportados en el tiempo.

Tranvías

Además, la amabilidad de los portugueses te harán sentir como en casa. Si te pierdes o no sabes que tranvía tomar no dudes en preguntar a algún Lisboeta, siempre dispuestos a mostrarte su mejor cara y ayudarte en todo lo posible.

Sin duda alguna volveré, pero la próxima vez no visitaré museos, ni iglesias ni monumentos, simplemente me dedicaré a pasear por sus calles, mezclarme entre los Lisboetas y empaparme de ese espíritu nostálgico y melancólico que se respira en cualquier café de la capital portuguesa.